IPL es un tratamiento con luz de alta intensidad que aplico para mejorar el tono, tratar manchas solares, rojeces y dar más uniformidad al rostro. No es agresivo, no exfolia ni quema. Su efecto es acumulativo y, lo mejor, muy natural. Ideal para pieles con irregularidades visibles que quieren volver a verse limpias y uniformes.
El resultado es una piel más homogénea, más luminosa y con menos contrastes. Las manchas se aclaran sesión a sesión, la textura mejora y la piel gana vida sin tener que cubrirla con maquillaje. Es uno de los tratamientos que más agradecen quienes sienten que su piel “se ve cansada”.
Lo indico en casos de manchas, piel apagada o daño solar. Se aplica con un cabezal de luz que emite pulsos sobre las zonas afectadas: rostro, cuello, escote, incluso manos.
El procedimiento es corto y apenas molesto. Puedes sentir un leve calor, pero sin dolor. No hay descamación ni efectos secundarios si se siguen los cuidados.
Suelo recomendar entre 3 y 4 sesiones, pero siempre personalizo según la piel y la reacción tras la primera. Es fundamental evitar el sol directo antes y después del tratamiento.
Evita sol antes del tratamiento y cuida la zona con crema regeneradora después. Nada de maquillaje ni manipulación. Te doy las pautas exactas tras la sesión.